Sanditon. Crítica

Sanditon empezó a emitirse a finales de agosto y finalizará su periplo televisivo en la ITV a mediados de octubre. Es por ello que sabemos que es arriesgado lanzarse a hacer una crítica sin haber finalizado de verla, pero tras mucho pensarlo, y tras haber visto el primer capítulo, hemos decidido, que al menos en El Sitio de Jane, teníamos bastante de esta serie supuestamente austeniana, y como el tiempo nos es preciado, y se deben hacer las cosas siempre por gusto, que aquí la finalizariamos de ver.

Debido a esto, nuestra crítica se centrará en este primer episodio, pero que abre las ideas que serán transmitidas a lo largo de esta producción televisiva según los clips que hemos visto hasta el momento.

La ilusión y las expectativas son malas consejeras, y aunque sabíamos que el Andrew Davies de ahora no era el mismo de hace 25 años, conocer que era el creador de la serie basada en la única novela no adaptada de Jane Austen (al estar inconclusa) nos dió esperanzas. En esta web somos fans de su Orgullo y Prejuicio de 1995, de la Emma de 1996 para televisión o de La Abadía de Northanger de 2007. Sabemos que quizá Sentido y Sensibilidad de 2009, sea la peor de todas las versiones de esas novela para nosotras, pero porque todas son muy buenas, y esta flojeaba ligeramente, añadiendo cierto tono más «sexy» y evidente.

Aunque se estaba vendiendo la serie a los periodistas como «The Love Island», o con que incluso había desnudos masculinos, ninguna «posadera» nos iba a asustar. Así, empezamos la visualización del capítulo 1 y nos quedamos impresionadas, pero no positivamente, sino todo lo contrario.

Los 12 capítulos del libro muestran muy ligeramente a Charlotte, su protagonista, y apenas citan al posible héroe, Sydney, que está ausente hasta casi el final, cuando hace una ligera aparición. Poco sabemos de ambos personajes, y por esto, los guionistas aprovechan la ausencia para colocarnos a una Charlotte locuaz como Lizzy, asalvajada como Catherine antes de ir a Bath y observadora a lo Fanny, pero que carece de las virtudes de estas chicas. El héroe, además de taciturno, es un gruñón maleducado, más cercano a un señor Palmer de Sentido y Sensibilidad pero sin su corazón.

Y lo que hacen con ellos es lo que hacen con el resto de la obra. La historia es un trazo a brocha gorda que dice inspirarse en Austen, pero no deja más que de ser un pastiche situado en la Regencia. Así, la dirección con sus movimientos de cámara e instrucciones a los actores, se acerca al siglo XXI, pero de una forma grosera y hueca, sin cariño ni ironía. Todo se exagera, todo se vulgariza, no hay momento que no se desaproveche en una huída fuera del siglo XIX, a un mundo de Gran Hermano y Telebasura/realidad.

Y es que aunque mis palabras suenen duras, es lo que rezuma este Sanditon al final. Nadie pedía que fueran Jane Austen, pues eso resulta imposible, pero sí que se acercaran a la autora, como han hecho otras series y películas a lo largo de los años (la más reciente y con mucho acierto, Amor y Amistad de 2016). No se ve la ironía, no se ve el encanto social, y lo poco que dejó escrito Austen, se ignora: ¿dónde están las andarinas e hipoconcriacas hermanas de Mr Parker? ¿Por qué Charlotte reemplaza a su padre al inicio y se muestra tan rural (carabina en mano)? ¿Y esa discusión sobre villanos de novela que tiene con Sir Edward Denham? ¿Dónde está? Fuera la crítica, fuera la ironía, fuera la inteligencia.

Lo que queda en pantalla es un «culebrón» actual con trajes de época, acompañado de una música terrible, mezcla entre balada marinera y film del oeste, que será una pesadilla que recordaré para siempre. Porque ni siquiera las características técnicas han sido cuidadas. Aunque no nos encontramos en un caso de pobreza a lo Orgullo y Prejuicio 2005, el pelo suelto de la protagonista nos rechina, los interiores oscuros también, y los medios reducidos.

No quiero añadir aspectos polémicos, como los desnudos masculinos (no frontales), y que pueden estar históricamente justificados, la mala educación de Lady Denham, una escena sexual fuera de toda delicadeza y sus explicaciones posteriores, o un baile con música moderna (¿es que no se aprendió nada de Northanger Abbey 1986?), unido con una tensión sexual forzosa, dominante y maleducada entre los protagonistas (Sidney es una especie de cruce entre Mr Grey de las 50 sombras y Mr Darcy).

Lo siento, fue demasiado.

Esperemos que la próxima adaptación austeniana sea al menos más respetuosa y nos tome a los austenitas como personas con inteligencia, no desesperadas por todo lo que rodee a la escritora. Y si realmente, estás apreciando la serie, al menos, espero que lo estés haciendo como algo ajeno, moderno y ni siquiera históricamente adecuado, pero que seas consciente de ello.

Crítica disponible de forma permanente en: https://janeausten.org.es/peliculas/sanditon-2019/

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